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Una de las perdices, que seguía viva en la red, dijo a las otras: -Ved, amigas, lo que hace este hombre. Aunque nos mata, siente gran duelo de nosotras, pues está llorando.- Otra perdiz más sabia que ella, y que con su sabiduría se había guardado de caer en la red, respondió: -Amiga mía, agradecida estoy al Todopoderoso porque me ha preservado del mal y ojalá Él guarde a todas mis amigas del que me quiere matar y hacer mal y da a entender que le duele el daño mío. El que cuenta esta fábula así concluye: "Quien te hace mal mostrando gran pesar, mira el modo de que de él te puedas guardar". D. Juan Manuel |