EL MONO HÁBIL

 

           Un Mono hábil, joven y listo como pocos, hallándose cierto día en una reunión de compañeros, se le ocurrió lucirse con una violenta voltereta.

           - ¡Qué preciosidad! -aplaudieron los demás monos-.

           - ¡Qué habilidad la tuya- Tu destreza bien merecería lucirse en la pista de un circo.

            Envanecido nuestro héroe, apenas cabía en sí de gozo. Entonces el muy fatuo, creyéndose un privilegiado, intentó repetir por segunda vez la prodigiosa pirueta. Pero, ¿cómo lograr por segunda vez lo que en la primera no fue sino fruto de la casualidad?

            Al fin y al cabo no era más que un animal: un mono.

Sin duda para el necio

será siempre un escollo

fatal, el imprudente

y prematuro elogio.

Ponderadle su mérito

y al punto hará mal todo.

Jean-François Guichard

 

Índice