EL POBRE Y LAS RIQUEZAS

En cierto convento de la India, situado en las cercanías de la ciudad de Pataliputra, vivía exclusivamente de la caridad de las gentes piadosas uno de los religiosos. El hombre, conforme con su pobreza , vivía dichoso y dormía de un tirón.

            Sucedió que, poco a poco, con el paso de los años, el religioso, acostumbrado a vivir modestamente, acabó por reunir una fortunita procedente de aquellas continuadas limosnas.

            A partir de entonces, el religioso ya no supo lo que era vivir tranquilo y sin preocupaciones, ya que no se fiaba de nadie por temor a que le robaran. Solía quejarse así:

            -¡Ay, hermanos! Penas es preciso sufrir para adquirir riquezas, pena produce el aumentarlas y pena el perderlas. Os digo que las riquezas son la causa del dolor...

                                                                                                                           India

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